Es imprescindible que un jefe trate de cuidar en la medida de lo posible a sus empleados como si fueran sus propios hijos. Incentivar una práctica como esta no hará sino aumentar el sentimiento de pertenencia de los empleados a la empresa, aumentando los niveles de eficacia y eficiencia y, en definitiva, haciendo de la entidad algo mucho más que un lugar de trabajo.
Cuidar de los empleados implica, en infinidad de ocasiones, cuidar de las instalaciones en las que se realiza la actividad diaria. Cualquier defecto en ellas implica una serie de incomodidades que dificultan el desarrollo de un trabajo eficaz y ahí radica la importancia de mantener una fábrica o unas oficinas cuidadas, perfectamente mantenidas y, en definitiva, cómodas para todos los empleados.
Hace cinco años alquilé unas oficinas en Madrid para dar comienzo a mi actividad empresarial: un gabinete de abogados especializado en cuestiones matrimoniales. Desde mi punto de vista, existía un nicho de mercado muy grande en un asunto como este, a lo que el tiempo me dio la razón: pronto comencé a ganar clientes y dinero y eso terminó deviniendo en un aumento de las contrataciones y la mudanza a unas oficinas más grandes y bastante mejor situadas dentro de la ciudad.
Todo parecía ir bastante bien hasta que comenzamos a darnos cuenta de que las oficinas a las que nos habíamos mudado tenían una serie de defectos. Entre otros, se encontraba un escaso aislamiento de las ventanas, algo que hacía que los empleados padecieran los efectos de las bajas temperaturas del pasado invierno en su propia piel.
A una situación así había que ponerle una solución cuanto antes. Desde la Dirección del gabinete pensábamos que de nada serviría obligar al propietario del edificio a que cambiara el aislamiento de las ventanas, por lo que se decidió que la empresa asumiría este coste contratando los servicios de una entidad que fuera de su confianza.
Por tanto, comenzamos a obtener información acerca de diferentes servicios y empresas que pudiesen ayudarnos a hacer de nuestro gabinete de abogados un lugar más confortable mediante la instalación de unas ventanas con un aislamiento mejor que el que ya teníamos. Unos días nos bastaron para depositar nuestra confianza en Aluminios Villafontana, una empresa con una amplia experiencia en este tipo de asuntos y que destacaba por el suministro e instalación de ventanas, puertas y cerramientos de aluminio.
Desde dicha entidad nos habían informado del tipo de materiales con los que solían trabajar y los precios de cada uno de sus productos. La verdad es que no se nos hacía caro conseguir un aislamiento como el que proponían, por lo que decidimos confiar en Aluminios Villafontana para terminar con todos esos problemas que sufrían nuestros trabajadores y que estaban ocasionados por la constitución del propio lugar de trabajo.
Convirtiendo las oficinas en un lugar agradable
Los profesionales de aquella compañía iban a satisfacer nuestras necesidades en un plazo reducido. Concretamente, iban a acudir hasta nuestro lugar de trabajo para cambiar las ventanas durante la misma semana en la que nosotros habíamos requerido su ayuda.
El cambio que sus ventanas provocaron en las oficinas fue muy grande. De un día para otro, el frío había dejado de invadir el espacio de trabajo y por ello todo el mundo se sentía más a gusto, más cómodo y mejor tratado, un aspecto fundamental tanto para mí como para muchos de los estudiosos del mundo de la empresa. Desde entonces he recibido las felicitaciones, los reconocimientos y los agradecimientos de prácticamente todos los empleados de la empresa. Sin necesidad de considerarme un ídolo, creo que este tipo de gestión es la que todos los jefes deben realizar: una gestión humana, en la que los empleados son importantes por su condición de personas más que por su productividad.