
¿Sientes que tu empresa ha perdido rumbo o que no avanza como debería?
Dime si no te suena: te levantas, abres el portátil, te tomas el café medio dormido, contestas correos, revisas pedidos, miras el WhatsApp de clientes, y de repente son las seis de la tarde. Cierras todo, suspiras y piensas: “Vale, hice mil cosas, pero… ¿qué ha cambiado en mi negocio hoy?”. Y la respuesta suele ser: nada o casi nada.







