Desde los colores que utilizamos hasta la forma de organizar nuestra oficina y colocar los muebles, todo ello puede estar afectando mucho nuestra productividad.
Diferentes estudios como uno de la Universidad Northwestern de Chicago (USA) afirman que las empresas que cuidan la iluminación, teniendo una gran iluminación con luz natural cuentan con empleados más activos y que duermen y rinden mejor en su trabajo, además de tener mejor calidad de vida, con ello la productividad de este tipo de empresas aumenta.
Puede que de forma intuitiva lleguemos a estas mismas conclusiones, y es que existe una gran diferencia entre trabajar en un espacio amplio y con luz natural que hacerlo en un espacio con iluminación artificial.
En este sentido. Otro estudio realizado en 1980 por el Dr. Fritz Hollwich apunta precisamente en este sentido. En su estudio se llegaba a la conclusión de los negativos efectos de trabajar con tubos fluorescentes al poder llegar a afectar el sistema endocrino el hecho de tener una falta de luz natural.
También afirmó que las personas que trabajaban bajo la influencia de este tipo de luz artificial tenían cambios de humor, de comportamiento y hasta sensación de malestar y todo ello afectaba de forma negativa en su productividad.
La Importancia de los Colores de nuestra oficina para Aumentar la Productividad
En ocasiones, no somos conscientes de cómo pueden estar afectando a nuestra productividad ciertos detalles en la forma de organizar nuestras oficinas o en los colores que elegimos.
Si bien, es incuestionable la importancia de la luz natural, también los colores que elegimos tienen una influencia directa en nuestra productividad y estado de ánimo.
De esta manera, si elegimos colores en una gama más clara conseguiremos una mayor sensación de relajación y serenidad como es el caso, por ejemplo del azul.
Esta es una de las razones de que muchas salas de espera de hospitales elijan este color. Esta es la razón por la que, dependiendo del tipo de trabajo que realicemos, el azul puede ser o no una buena elección.
Y es que, si lo que queremos es motivar el fluir de ideas, el azul puede no ser el más conveniente y el amarillo sí cumpla esta función.
Al utilizar el amarillo es muy probable que la productividad aumente, puesto que es un color mucho más vibrante y activo y también motiva el buen humor.
Eso sí, está bien que sepamos usarlo en su justa medida, ya que al ser un color muy chillón también puede cargarnos, por lo que es buena idea combinarlo con colores más tranquilos como el blanco.
En caso de no aclararnos con los diferentes colores que podemos emplear, el Feng Shui nos propone ciertas líneas para armonizar y conseguir sacarle el máximo partido a los espacios.
El Feng Shui tiene sus bases en el principio del Ying y el Yang, el I Ching yel Wu Xing o el principio de los cinco elementos (madera, fuego, tierra, metal y agua).
Siguiendo los consejos del Feng Shui podemos conseguir disminuir el estrés y aumentar la productividad. Algunas de estas premisas minimalistas aparecen en cada vez más expertos en muebles.
La interpretación de los diferentes colores se relaciona con los diferentes elementos. Así, por ejemplo, el naranja y el rojo son colores de fuego y se asocian con la vitalidad y la pasión, además son muy creativos con lo que resultan poco adecuados si nuestro puesto de trabajo requiere de una gran concentración.
Por otra parte, el blanco y el gris son colores de metal. El blanco es un color luminoso, simboliza pureza, confianza y tranquilidad. En este sentido, dará lugar a ambientes ordenados, limpios y visualmente atractivos.
Nos ayuda a concentrarnos y a realizar trabajos de carácter más intelectual. Combinándolo con grises y azules podemos dar con una buena opción para nuestra oficina.
Por otro lado, para negocios que busquen conectar más con la naturaleza y el crecimiento el verde puede ser la mejor opción. Resulta muy relajante en espacios con buena luz natural y si empleamos tonos claros previene la fatiga visual.
En caso de que nuestro trabajo requiere de una gran concentración mental siempre podemos recurrir al verde agua o al lavanda que son tonos Ying que ayudan a la concentración mental. A esto podemos añadir algunos toques de colores vibrantes como es el amarillo para mantenernos cono energía y dar dinamismo al ambiente.
Los tonos azules, por su lado, favorecen a la introspección y a contactar con las emociones mientras que el morado produce sensación de sanación y calma.
Los colores naturales y tierras transmiten sensación de estabilidad y ayudan a dominar posibles miedos y preocupaciones futuras.