La Comunidad de Madrid es la que más empresas posee de toda España. Es un dato que a buen seguro muchos conocíamos o creíamos conocer. Pero no todos se paran a pensar en el trajín que genera eso en cuanto a movilidad y también en lo referido a la vivienda. A más empresas en un área determinada, más personas viven en ella, más ruido, más agobio, más polución, más estrés. Los factores que están relacionados con el trabajo lo invaden todo. Y, en una ciudad como Madrid, en la totalidad de su área metropolitana y sus ciudades dormitorio, eso se ha hecho más que evidente con el paso de las décadas.
Esto genera problemas de todo tipo, pero es bien conocido por todos el tema que es relativo a la vivienda. Madrid es una ciudad difícil en ese sentido. Encontrar piso (y ya no digamos casa) puede ser una osadía. Y eso, para un empresario, es un inconveniente muy grande. Ser empresario requiere de momentos de relax, de liberación de todas esas horas extras de trabajo que sólo pueden asumir personas como ellos y como ellas. Y, para ello, disponer de una vivienda en la que la comodidad sea un factor principal es fundamental.
La capital de España es, como decimos, una ciudad imposible en ese sentido. Pero a su alrededor se levanta una gran cantidad de posibilidades que el buen empresario o empresaria no debe olvidar para encontrar su lugar de relax y de descanso. Pequeños municipios como Algete o Daganzo se han convertido en alternativas de primera línea para personas tan ocupadas como estas y en cuyo tiempo libre desean permanecer tranquilas, alejadas del ruido de la gran ciudad y de los agobios que ella implica. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por Fresno Inmobiliaria, una entidad que ha identificado un crecimiento en el número de empresarios y empresarias que han decidido trasladar su vivienda hasta municipios como los ya mencionados.
A pesar de que para llegar a Madrid cada día es necesario coger el coche, lo cierto es que muchos de nuestros protagonistas manifiestan estar conformes con la decisión de vivir en Algete o en Daganzo. Su trabajo no les pilla a más de media hora, un tiempo que puede ser incluso inferior al que podrían emplear en llegar a su destino viviendo dentro de la mismísima Madrid. Y es que vivir en el extrarradio también puede llegar a tener una ventaja en cuanto al ahorro de tiempo se refiere. Estos son buenos ejemplos de ello.
La importancia de tener una vivienda como la que hemos comentado trasciende más allá de la mismísima calidad de vida. Existen numerosos estudios que demuestran que vivir del modo en el que hemos propuesto ejerce una influencia tremenda en lo que se refiere al rendimiento en el trabajo. En efecto, si cualquier persona dispone de un hogar ideal en el que descansar y evadirse de su rutina habitual, tendrá las pilas bien cargadas para cuando, al día siguiente, le toque volver a conectarse al trabajo. Y que el jefe esté con las pilas bien cargadas durante su jornada tiene una importancia brutal dentro del desarrollo de su entidad.
¿Ser propietario o alquilar?
Un artículo publicado por el diario Libre Mercado aseguraba que el 84% de los habitantes de un hogar en España son propietarios. Nuestro país se ha caracterizado por poseer una gran cantidad de propietarios desde hace bastantes décadas. Aunque no es mentira que el alquiler ha venido creciendo en los últimos años (especialmente en ciudades como Madrid, gracias a la comunidad universitaria), lo cierto es que los españoles no hemos apostado por el régimen de alquiler como sí lo vienen haciendo, por ejemplo, los alemanes.
Pero, ¿cuál de los dos regímenes es mejor? La verdad es que eso depende de las pretensiones de cada uno. En el caso de un empresario suele ser más lógico apostar por la compra, en especial si su negocio está asentado. Pero cualquiera de los dos es apropiado y presenta ventajas para los inquilinos. Ventajas que harán de su vida, de un modo o de otro, mejor en todos los sentidos.
Encontrar un lugar en el que vivir cómodamente se ha convertido en una prioridad para los cientos de empresarios que llegan a Madrid cada año. En un momento en el que cada vez parece más complicado conseguir piso o casa dentro de la ciudad, apostar por los pequeños municipios que rodean a la gran capital es una apuesta más segura que nunca. Por precio, por tranquilidad y por, en definitiva, calidad de vida.