He estado leyendo en varios medios de comunicación que los robos a empresas están creciendo en nuestro país en estos últimos meses. Yo no sé si están creciendo o no, no tengo datos ni comparativa, pero lo que sí sé es que los robos nunca han desaparecido y han estado ahí cada año desde que el hombre es hombre, y por eso toda medida preventiva es importante.
Solo en Alicante, una de las provincias donde tengo oficinas instaladas de nuestra sede, una banda asaltó más de 100 empresas allí, en Valencia y en Murcia.
En mis oficinas, a pesar de que lo único que nos pueden robar son ordenadores, tengo instaladas alarmas y cámaras de seguridad. Y es que a veces no se trata de lo que puedan robar, ni mucho menos, sino de la sensación que te queda para siempre cuando piensas que alguien ha podido estar ahí, hurgando en tu intimidad, aunque esa intimidad sea laboral.
Actualmente tengo instaladas cámaras de vigilancia de FGL Sistemas de Control en todas las oficinas de la empresa, y alarmas por supuesto, porque nada me preocupa más que el hecho de que alguien pueda entrar impunemente en ellas y hacer lo que le dé la gana.
En los hogares y en las empresas
Lógicamente cuando pensamos en nuestras viviendas es mucho peor. A mí solo me han entrado a robar una vez, una única vez, pero estuve sin dormir una semana y no por lo que se llevaron que, si no recuerdo mal, fue una cámara de fotos, un ordenador portátil, algo de dinero que tenía para la compra del súper y una esclava de oro que había en mi mesita de noche. Que me robaran todo eso me molestó, obviamente, aunque he de reconocer que el seguro de hogar respondió a la perfección y me pagaron el valor de lo robado casi inmediatamente, pero lo que realmente me traumatizó es pensar que alguien había estado en mi habitación, había rebuscado entre mis cosas y se había ido como si tal cosa. Tal vez se había sentado en mi cama, tal vez había tocado mis libros, tal vez… los pensamientos no me dejaban dormir y eso que limpie todo, cambié sábanas y me esmeré en no olvidar ningún rincón de la casa sin limpiar, pero los pensamientos me volvían a la cabeza una y otra vez cada día.
En una empresa, sea de la índole que sea, esa sensación es similar aunque más suave, porque el nivel de intimidad es menor, sobre todo si hablamos de almacenes logísticos o fábricas, pero cuando hablamos de pequeñas oficinas con 5 o 6 empleados, o incluso 10, donde ellos mismos tienen libertad de colgar alguna foto de sus hijos en el corcho o de guardar algo personal en los cajones de los escritorios, esa intimidad también se ve vulnerada.
A mí, que me roben un ordenador o 20 puede fastidiarme enormemente, más por el papeleo que he de rellenar con el seguro y por la problemática de recuperar bases de datos que por otra cosa, pero a mis empleados, el hecho de que alguien haya podido sentarse en su silla, escarbar en sus cajones o ver las fotos de su familia les puede suponer un verdadero quebradero de cabeza como me pasó a mí en casa y por eso soy incapaz de concebir que un establecimiento (sea del tipo que sea), una oficina, una fábrica o cualquier otro tipo de empresa carezca de alarmas y cámaras de vigilancia y seguridad.
Si un “amigo de lo ajeno” se encuentra frente a dos puertas, una con alarmas y cámaras de seguridad y la otra sin sistemas de seguridad aparente ¿a qué empresa creéis que irá a robar? Todos sabemos que cuando un ladrón quiere robar en un sitio lo hará, o lo intentará, hagamos lo que hagamos nosotros para intentar evitarlo, pero ¿no hay más posibilidades de que eso ocurra si se lo das en bandeja?
Una puerta cerrada evita que alguien entre hasta cierto punto pero es mucho mejor cuando la puerta es blindada y tiene 2 cerrojo, pero es mejor aún si la puerta tiene 5 cerrojos, y mejor aún si tiene 20 porque al ladrón le costará más acceder al interior del inmueble ¿verdad? Pues esto es igual, yo no voy a poner 20 cerrojos, ni candados, pero sí puedo poner cámaras de seguridad y un sistema de alarma que me avise a mí, y a la policía, si alguien intenta acceder a mis oficinas.
Es un consejo, por supuesto, pero quien evita el riesgo, evita el peligro.
