Son muchos los casos en los que el trabajador o trabajadores están en una situación de indefensión frente a un supuesto despido disciplinario sin indemnización. Es importante conocer bien nuestros derechos y que uno pueda defenderse frente al empresario que procede a despedirte.
Y es que en un caso de despido improcedente el trabajador debe ser indemnizado por la empresa según el tiempo que ha trabajado para ella. Por lo que debe recibir un cheque o ingreso a su cuenta bancaria con el importe relativo. Además, deberá abonársele cuanto le pertenecía por pagas y último mes trabajado, todo aquello que aún no había cobrado.
Igualmente, cuando se trata de un despido improcedente, la empresa debe gestionarle y tramitarle al trabajador su situación para que se arregle con el INEM, hasta encontrar un trabajo nuevo. La empresa siempre debe entregar este tipo de papeles a sus empleados despedidos.
Por otra parte, siempre que se despide a un trabajador, este debe firmar un papel a su empresa en el que esta muestra los motivos de despido. Se aconseja leer este papel y en caso de no estar conforme, el trabajador antes de firmar debe escribir un “no conforme” y firmar seguidamente, por si quiere tratar su situación con un abogado.
Consejos para saber cuándo nos encontramos ante un Despido Improcedente
Es fundamental y muy aconsejable que el trabajador siempre consulte a un abogado para que le indique si tiene derecho a una reclamación.
Así, por ejemplo, en mi caso la situación se complicó un poco al haber firmado una baja voluntaria cuando la empresa me despidió.
El problema es que era completamente inexperta y no conocía en absoluto cómo debía de actuar en estos casos. Tuve suerte de que, en cuanto hablé con mi padre y le comenté lo que me había ocurrido me puso en contacto de inmediato con Despido Improcedente, donde un abogado especialista en este tipo de situaciones me ayudó a resolver la situación de mi despido y conseguí mi indemnización.
El trabajo de este abogado del bufete Duran & Duran fue clave, y es que muchas veces solo con la ayuda de un experto en este tipo de despido puedes conseguir que te indemnicen con la máxima cantidad que en derecho te corresponde.
Con su ayuda pudimos demostrar que no existían causas justificadas para la medida, además de que no prestarme la debida indemnización en su medida correspondiente.
En definitiva, la empresa no podía demostrar ninguno de los supuestos que justificaban mi despido, ya que para realizar un despido disciplinario deben demostrarse causas tales como faltas repetidas e injustificadas de asistencia o impuntualidad, o bien indisciplina o desobediencia en el trabajo, ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los familiares que conviven con ellos, la disminución continuada y voluntaria del rendimiento del trabajo normal o pactado o, casos de acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual, entre otras.
Al no poder demostrar ninguno de estos supuestos ante la Ley finalmente se demostró que el mío era un claro caso de despido improcedente pese a haber firmado mi baja voluntaria debido a un mi desinformación y asesoramiento en el tema.
Por ello, siempre que algún amigo se encuentra en una situación similar le trato de aconsejar desde mi experiencia y siempre le recomiendo la ayuda de un experto en la materia que le pueda hacer una buena defensa y seguimiento de su caso particular.