Nadie está exento de experimentar episodios de estrés laboral, incluso a pesar de que te guste tu trabajo. En cualquier caso, puedes sentirse estresado por los horarios, tus compañeros de trabajo, fechas de entrega o posibles despidos.
Si es verdad que un poco de estrés puede ayudarte a terminar tu trabajo y obtener resultados a tiempo. Pero, cuando se trata de un estrés laboral constante, puede obrar en tu contra y ocasionar problemas de salud importantes.
Por lo mismo, se deben aprender a reconocer las causas y alertas del estrés laboral, de forma que podamos aplicar los distintos métodos que recomiendan los psicólogos para combatirlo.
Causas de estrés laboral
Si bien las causas del estrés laboral son distintas para cada persona, existen algunas fuentes comunes de estrés en el lugar de trabajo. Estas incluyen:
- Carga de trabajo. Esto puede incluir trabajar muchas horas, tener pocos descansos o manejar una carga de trabajo muy pesada.
- Funciones en el trabajo. Puede sentir estrés si no tiene un papel definido en el trabajo, si tiene demasiadas funciones o si tiene que responder a más de una persona.
- Condiciones laborales. Un trabajo que es físicamente extenuante o peligroso puede ser estresante. También lo puede ser trabajar en un empleo que te expone a ruidos fuertes, contaminación o químicos tóxicos.
- Gerencia. Una mala gerencia también puede ser la causa del estrés laboral, por ejemplo, si su empresa carece de organización o si tiene políticas que no ayudan a conciliar la vida laboral con la familiar.
- Problemas con otras personas. Los problemas con su jefe o sus compañeros de trabajo son de las fuentes más comunes de estrés.
- Miedo. Se puede llegar a sentir mucho estrés si está preocupado por despidos o si no está avanzando en su carrera.
- Influencia de factores externos. Sin embargo, los factores del estrés laboral no solo los podemos encontrar dentro de nuestra oficina. Como toda situación exigente, lo laboral también está compensado o agravado por las condiciones personales. Por ejemplo, problemas matrimoniales, con los niños, algún familiar enfermo, u otros problemas de nuestra vida personal que se hacen imposible de dejar a un lado.
Población de riesgo
La población de riesgo que se ha logrado identificar por medio de estudios en materia es la que comprende entre los 35 y los 45 años de edad.
Esto porque en este momento de la vida se combina una exigencia personal, en donde muchos tienen a su cargo hijos, cónyuges o parejas, con la entrada a un nivel del mercado laboral que es altamente competitivo. Es decir, se suma la carga personal que cada uno lleva en ese momento de la vida con el nivel de competencia laboral.
¿Cómo afecta el estrés laboral sobre tu salud?
El estrés puede causar importantes daños sobre la salud, si se sufre durante un tiempo prolongado. En algunos casos, el estrés puede incrementar la concentración de los trabajadores y permite alcanzar las metas fijadas.
Además, este se asocia a emociones negativas como la depresión, ansiedad e ira, sentimientos que ocasionan que la calidad de vida del individuo se vea mermada.
Algunos de los síntomas físicos ocasionados por el estrés suelen ser dolor de cabeza, perturbación del sueño, dolor muscular, disminución de peso, gastritis o fatiga crónica, etc. Mientras que, también se dan algunos cambios negativos en la conducta, dando lugar a comportamientos violentos, absentismo laboral, exceso de consumo de diversas sustancias como café, tabaco, alcohol, etc.
De hecho, el estrés laboral puede apoderarse de nosotros y comenzar a extenderse a otras áreas de nuestras vidas, pudiendo provocar también problemas en casa y en otras áreas de tu vida, lo que empeora el estrés.
Incluso, en casos muy avanzados, el estrés laboral, como sucede con cualquier otro tipo de estrés, puede incrementar los riesgo de presentar problemas de salud como:
- Padecimientos cardíacos
- Dolor de espalda
- Depresión y agotamiento
- Lesiones en el trabajo
- Problemas del sistema inmunitario
Señales a las que estar atento
Es muy importante monitorear los niveles de estrés del trabajador, de forma que se puede actuar rápido ante algún signo de alarma. Algunos de estos son:
- Dolores de cabeza frecuentes
- Malestar estomacal
- Problemas para dormir
- Problemas en sus relaciones personales
- Sentimiento de descontento en el trabajo
- Sentimientos frecuentes de ira, o un carácter explosivo
Tratamiento
Muchas veces podemos tomar medidas por nuestra cuenta para identificar y controlar los causantes del estrés. Sin embargo, también hay casos en los que es normal e incluso, necesario, pedir ayuda profesional.
Como habitualmente los síntomas implican una gravedad y un impedimento real, el tratamiento implica una intervención psicológica y una farmacológica. Por un lado, porque los ansiolíticos y antidepresivos pueden aliviar de una manera bastante rápida y modificar los síntomas más agudos. Por otro, el acompañamiento terapéutico se realiza con el objetivo de resolver cuestiones más individuales de la personalidad, generando estrategias para lograr un mejor desempeño en lo laboral.
Estrategias para combatir el estrés laboral
Existen muchas formas de controlar el estrés laboral, que incluso puede practicar por tu propia cuenta. Vanessa Sanz, psicóloga con amplia experiencia en el tratamiento de las secuelas del estrés. nos comparte algunas de ellas:
- Toma un descanso. Si te estás sintiendo estresado o enojado en el trabajo, es necesario que te tomes un descanso. Incluso un descanso breve puede ayudar a refrescar su mente. Por ejemplo, puedes dar una caminata breve o comer un refrigerio saludable, y si no puedes abandonar tu zona de trabajo, cierra los ojos por unos momentos y respira profundamente.
- Crea una descripción de tu puesto. Crear una descripción de tu puesto o revisar una descripción desactualizada puede ayudarte a obtener una mejor comprensión de lo que se espera de ti, lo cual te dará una mayor sensación de control.
- Establece metas razonables. No aceptes más trabajo del que puedes hacer. Para lograrlo, es fundamental establecer expectativas de trabajo que sean realistas junto con tu equipo. También es muy útil saber cuanto se puede conseguir hacer todos los días.
- Administra el uso de tecnología. Los teléfonos móviles y el correo electrónico pueden hacer que sea difícil desconectarse del trabajo, por lo que es bueno crear algunos límites, por ejemplo, apagando los dispositivos durante la cena o luego de cierta hora de la noche.
- Pon un límite. Si las condiciones laborales en las que trabajas son peligrosas o incómodas, debes reportarlo a gerencia en pro de buscar una solución. Si esto no funciona, siempre puedes contactar al Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
- Organízate. Crea una lista de pendientes y luego califica cada una de estas tareas en orden de importancia.
- Haz más cosas que disfrutes. Reserva un espacio de la semana para hacer cosas que disfrutas, ya sea hacer ejercicio, practicar un pasatiempo o ver una película.
- Aprovecha tu tiempo libre. Ve de vacaciones o tómate tiempo libre. Incluso alejarse durante un fin de semana largo puede ayudar a relajarte un poco.
- Habla con un asesor. Muchas compañías ofrecen programas de asistencia al empleado para ayudarlo con los problemas del trabajo. A través de estas, puedes pedir la ayuda de un asesor que puede trabajar contigo para encontrar maneras de manejar el estrés; o incluso, puedes buscar la ayuda de un profesional por tu parte con la ayuda de tu seguro médico.
- Aplica diferentes técnicas para el manejo del estrés. Existen muchas otras formas de manejar el estrés, incluso hacer ejercicio regularmente y utilizar técnicas de relajación. Intenta aprender siempre una nueva técnica y aplicarla.
Identifica y controla tus desencadenantes de estrés
No obstante, la forma más eficiente de controlar tu estrés, es aprender a identificar y mantener a raya sus desencadenantes, los cuales suelen variar de persona a persona.
Tu personalidad, experiencias y otras características únicas influyen en la manera en que respondes y lidias con el estrés. Por ejemplo, las situaciones y eventos que son angustiantes para tus colegas podrían no afectarte en lo más mínimo; mientras que podrías ser especialmente sensible a ciertos desencadenantes de estrés que no afectan a otras personas.
Para identificarlos, durante una semana o dos, registra las situaciones, los casos y la gente que ocasionan que tengas una respuesta negativa física, mental o emocional, e incluye una breve descripción de cada situación y responde preguntas como:
- ¿Dónde estabas?
- ¿Quién estuvo involucrado?
- ¿Cómo reaccionaste?
- ¿Cómo te sentiste?
Luego, evalúa tu inventario de estrés. Verás que encuentras causas obvias de estrés, como la amenaza de perder tu trabajo u obstáculos en un proyecto específico, pero también notarás causas de estrés sutiles pero persistentes, como un traslado largo o un área de trabajo incómoda.
Una vez que hayas identificado estos desencadenantes de estrés, debes considerar cada situación y buscar maneras de resolverlo.
Supongamos, por ejemplo, que te atrasaste en tu trabajo porque te fuiste temprano para recoger a tu hijo de la escuela. Para que no vuelva a pasar, puedes preguntarles a otros padres o vecinos si quieren hacer uso compartido de automóvil después de la escuela. O podrías empezar a trabajar más temprano, acortar tu hora de comida o llevarte trabajo a casa para ponerte al corriente en la noche. Y es que la mejor manera de lidiar con el estrés es buscar un modo para cambiar o mejorar las circunstancias que lo causan.