Cualquier espacio puede convertirse en el lugar perfecto donde instalar una oficina o un centro de negocios porque cualquier espacio es susceptible de sufrir una transformación. Ese es el pensamiento que debes tener si eres un emprendedor joven buscando local para montar tus oficinas de empresa y ¿sabéis por qué? porque a veces por muy poco, puedes conseguir mucho. Ahora bien, en el trabajo duro está la base del éxito, tanto en este tema como en todos, así que no esperes llegar hoy, pagar mañana el mes de alquiler y sentarte pasado a trabajar, porque eso solo funcionará si tienes un presupuesto enorme para invertir.
Alquilar unas oficinas céntricas, equipadas y con una imagen impecable es algo que solo pueden pagar los negocios que ya cuentan con unos beneficios importantes al año y aquellos emprendedores jóvenes que nacieron con una pequeña fortuna bajo el brazo, es decir, niños de papá, hijos de empresarios que empiezan a invertir y levantar su propio negocio con lo que su padre les da para ello. Lo normal es que tengas que empezar en locales pequeños, en almacenes, en centros de negocios que permiten el alquiler por horas e incluso en áreas alejadas del centro de la ciudad, pero no te asustes, yo ya he pasado por eso y voy a darte las claves para conseguir una oficina de ensueño con muy poca inversión.
Hay dos tipos de emprendedores buscando local para oficinas, el que va sólo, como autónomo, y el que trae un equipo consigo, por pequeño o grande que sea, y por eso la necesidad de búsqueda es diferente.
Cuando eres uno
Cuando la empresa está compuesta por ti, por ti, y por nadie más, sólo necesitas un despacho: un único espacio donde trabajar y recibir clientes si así lo requiere tu tipo de negocio. Ahora bien, que sólo estés tú no significa que debas conformarte con un despacho de tres metros cuadrados que no satisface a nadie y que probablemente no cubrirá tus necesidades, así que olvídate de esos cubículos enanos que puedes permitirte por el centro y aléjate un poco de la urbe en busca de algo más económico pero que te dé mayores beneficios.
Hay muchas veces que en el extrarradio se construyen oficinas a precios bastante económicos, tanto para el alquiler como para la compra, y aunque a priori puede no parecer una gran opción, a la larga es más que probable que sí lo sea por varios motivos. Por un lado no tendrás problemas de aparcamiento, por otro lado si tu equipo se ve incrementado en algún momento estoy segura de que podrás encontrar una oficina mayor, u otra oficina cercana a la tuya, para alquilar en conjunto, y por último comprobarás cómo la zona, poco a poco, se va llenando de nuevos emprendedores y pequeñas empresas que han tomado tu misma iniciativa. Eso se traduce en que interactuarás con otros empresarios, podrás crearte una buena agenda de teléfonos, e incluso verás como el área circundante empieza a ser emplazamiento de comercios y restaurantes.
Cuando eres un equipo
En este caso la cosa se puede llegar a complicar un poco, porque el espacio que necesitas suele ser mucho mayor, lo suficiente como para instalar mesas con ordenadores, impresoras y una barra a modo de recepción para recibir visitas y/o clientes. Es posible incluso que necesites un rincón “cocina” con, al menos, una cafetera y un microondas, así que lo que debemos buscar ya no es ni parecido a lo aconsejado en el punto anterior. En este caso no intentes encontrar un espacio en edificios de oficinas porque, por céntricas o alejadas que estén de la urbe, te saldrán por un ojo de la cara: no es lo mismo empezar un negocio alquilando una oficina que teniendo que alquilar siete.
Por eso lo que te propongo es algo mucho más creativo: busca un garaje, almacén o incluso alquila una vivienda en una zona residencial y derriba todas las paredes porque, lo que buscas en este caso, es un espacio libre, vacío y sin paredes que dividan la estancia en habitaciones.
Tanto si hablamos de un almacén como de un garaje o algo similar, el mayor dinero que has de invertir es en el aislamiento del espacio. No es necesario que hagas reformas imposibles pero sí que instales cerramientos en condiciones o, de lo contrario, en un espacio tan grande, os quedaréis helados en cuanto empiece el invierno. Te puedo recomendar, por ejemplo, Aluminios Franco, Aluminios Villafontana o Aluminis Ratri, tres empresas que cuentan con muy buena puntuación en la red y buenas referencias en foros y blogs. De lo que se trata es de que los cerramientos, puertas y ventanas, del espacio se encuentren en condiciones óptimas y el acristalamiento sea, como mínimo, doble, de modo que os aísle del frío, la humedad y los ruidos de la calle. Ahora te puede parecer un gasto importante pero merecerá la pena cuando ahorres en trabajadores enfermos, con bronquitis, constipados y gripes.
Una vez tengas eso pinta todo de blanco. Hay quien prefiere dejar las paredes en yeso o cemento, si es que las tiene en buenas condiciones, pero yo no me arriesgaría porque es muy complicado conseguir una imagen moderna y cool de un almacén con dichas características, a no ser que contrates a un diseñador pero ya te adelanto que baratos no son. Luego, por supuesto, elige tu puesto de trabajo y el área que ocuparán tus empleados para poder hacerte una idea de la distribución de mesas y empieza a poner enchufes para ordenadores donde convenga.
Una vez tengas eso decidido debes pensar en si quieres un espacio único o prefieres dividir las oficinas. Si eliges la primera opción pasa directamente a la decoración, y si piensas dividir toma una de estas dos ideas: paneles divisorios de cristal o madera (es mucho más económico que levantar tabiques), o celosías cerámicas que dividan el espacio. Yo optaría por la segunda opción si no dispones de demasiado presupuesto, ya que puedes comprar las celosías en Cerámica a Mano Alzada y levantar tú mismo las divisiones. Sólo necesitas tiempo y cemento, nada más. Bueno sí, un nivel para asegurarte de hacer las cosas rectas.
Y por último, con respecto a la decoración, elige el color gris como base (puedes jugar con las tonalidades) y un color llamativo como el rojo, el amarillo o el verde, y juega siempre con esos dos colores. Por ejemplo, utiliza el gris para los sofás, las sillas, las mesas, marcos de cuadros o de diplomas enmarcados, etc. y luego coge el color amarillo para dar el tono divertido. Puedes colgar la bicicleta vieja de paseo que tenías de joven pintada en gris con spray para metales y luego llenar su cesta con flores amarillas. Compra maceteros amarillos y mézclalos con otros negros o grises oscuros y pon plantas artificiales si no tienes tiempo para regar (eso alegra mucho una estancia), compra botes para lápices y útiles de papelería en color amarillo para todos tus empleados. Pon cojines amarillos en el sofá de recepción o cuelga una copia del cuadro de “Los Girasoles” de Van Gogh. ¿Entiendes por dónde voy? Sencillez, sobriedad con un toque de color, y actualidad rebosante en cada rincón.
Y ¡Voila! Ya tienes un espacio de trabajo pensado solo por y para ti.