Todas las empresas tienen un color corporativo, un color que les identifica y que guarda relación con su logotipo. Existen empresas que son absolutamente indisociables de su color corporativo y que en ocasiones son parte del sector público: los casos de Televisión Española con el color azul y el de Correos con el amarillo así lo atestiguan.
En ocasiones, los empleados suelen hacer todavía más presente el color corporativo llevándolo consigo en sus prendas de vestir. Cada vez hay más empresarios que tienen esto en cuenta y que equipan a sus trabajadores con ropa laboral del color identificativo de la compañía. ¿Proporciona una acción así beneficios a la empresa? Aunque no de manera directa ni tangible, sí. Y es que el color aporta reconocimiento y unidad.
Cuando decidí abrir mi empresa, una tienda dedicada a la venta de videojuegos, no había pensado en un detalle como el del color de la ropa de mis empleados. El color corporativo de la tienda era el rojo, pero sin embargo no había especificado en los contratos de los dependientes la obligación de vestir con ese color cada día.
No obstante, y teniendo en cuenta el consejo de uno de mis mejores amigos, comencé a valorar dicha posibilidad. La verdad era que no tenía nada que perder y que, aunque una acción como esa no iba a generar dinero como tal, sí que podría asociar ese color rojo a la empresa. Justamente lo que yo buscaba.
Después de hacerle llegar a mis dependientes la propuesta y de que se mostraran de acuerdo, llegaba el momento para decantarme por adquirir la ropa en la mejor entidad posible. Apenas tenía alguna pista que me indicara en quién confiar, por lo que decidí llevar a cabo una búsqueda por Internet para dar con alguien que pudiese suministrarme polos rojos de una buena calidad y a ser posible a un precio no demasiado elevado.
Daniel, el mismo amigo que me había dado la idea de hacer vestir a mis empleados de rojo, aprovechó para recomendarme la página web www.sregalo.com, donde encontraría la mejor ropa (ropa laboral incluida) gracias al distribuidor oficial Roly. Después de visitarla y de observar minuciosamente su catálogo, comencé a darme cuenta de que quizá allí podría encontrar el tipo de polos que estaba deseando encontrar.
Comodidad e imagen de marca
En esos dos aspectos nos hemos visto favorecidos con la adquisición de los polos. La plantilla, que ya no viene en camisa al trabajo (demasiado formal para la venta de videojuegos a un público joven), agradece la comodidad y la calidad que poseen las nuevas prendas, mucho más óptimas para el trabajo que cualquier otro tipo de indumentaria. Por otra parte, el color rojo permite a nuestros clientes identificar a la perfección a los empleados, que en muchos momentos no se encuentran solo detrás de la caja sino que también salen fuera de ella para colocar y reemplazar productos.
Creo que, en términos generales, esta ha sido una buena idea. Se ha reflejado nuestra conexión con el color rojo y, lo que es más importante, eso lo han notado todos nuestros potenciales clientes, que a partir de ahora cada vez que observen un cartel, una página web o un simple folleto de propaganda en ese color se acordarán de nosotros como si nuestra empresa fuera la mismísima Ferrari o Coca Cola.
Tras unos meses con esta iniciativa, he observado que los beneficios de la empresa han experimentado un pequeño repunte. ¿Guarda esto relación con el hecho de vestir a los empleados de rojo? Está claro que nadie lo puede ni podrá asegurar. Pero lo que sí está más que comprobado es que eso ha permitido forjar una imagen de marca que en todo modelo de negocio es absolutamente primordial.