Hemos llegado a un punto en el que muy pocas cosas me sorprenden. Obviamente, si alguien crea un nuevo invento, lo saca al mercado y pega el pelotazo, será todo un descubrimiento, pero no me refiero a ese tipo de casos extraordinarios, me refiero a pequeños empresarios que intentan innovar o darle una vuelta de tuerca a algo con el fin de abrirse camino en un sector profesional o mercantil. Pero de vez en cuando, muy de vez en cuando, aparece alguien que tiene una visión muy buena de algo y consigue llevarlo a cabo.
Todos conocemos el negocio vinícola, unos más y otros menos, pero el estereotipo de este sector podríamos definirlo como clásico, elegante, seductor, para adultos-maduros y alejado de los movimientos juveniles más rompedores. Pero ¿qué me diríais si alguien intentara crear justo lo contrario? Un vino para gente joven, fresco y alocado, que destaca por su sencillez y su presentación alegre. Pues eso es exactamente lo que han querido hacer dos estudiantes de química, y parece que les va bastante bien.
Para empezar se fijaron en el envoltorio. La mayoría de botellas de vino que pretenden llegar a ser algo vienen presentadas en cajas robustas de aspecto clásico pero las botellas que ellos querían crear no podían asemejarse a eso en nada. Por eso contactaron con esta empresa de fabricación de piezas de plástico con el fin de que les diseñaran una cara colorida con su logotipo en plástico, transparente por delante para que se viera el interior donde reposaría su botella de vino.
Querían remarcar muy bien que se viera la palabra “vino” acompañada del tipo “blanco seco” o “blanco espumoso” en la caja pues, a simple vista, podría confundirse con otro líquido ya que, señoras y señores, el vino blanco de esta firma es de color azul.
Otras bodegas han intentado con éxito crear vinos pensados para el mundo joven, como Bocopa con su “Marina Espumante” y la verdad es que han dado en el clavo porque, actualmente ese vino se puede ver en la mayoría de establecimientos especializados y en grandes superficies debido a su éxito. Sin embargo, el vino de esta joven pareja de emprendedores va mucho más allá porque a pesar de que su sabor no tiene nada de especial (el “Marina Espumante” de Bocopa está mucho mejor en mi humilde opinión) la promoción que están haciendo entre la gente joven es tan creativa que podríamos decir que está desbancando a muchos clásicos en diferentes países de Europa.
Este es el típico y claro ejemplo de cómo un producto del montón puede ser todo un exitazo si sabes cómo envolverlo, hacia qué público dirigirlo y cómo atacarlo. Así de claro. Y en este sentido estos jóvenes han dado en el clavo, su producto ha sido un chorro de aire fresco a la industria y eso hay que reconocerlo y, sobre todo, han sabido sacar a adelante algo que ya estaba inventado dándole una vuelta de tuerca. Y es que, a veces, eso es todo lo que necesitas para conseguir el éxito, una vuelta de tuerca.