
Entrenar en el gimnasio es una buena experiencia, sin duda.
El gimnasio, ese lugar que nos hace sentir confusión a muchos de nosotros. Por un lado, nos sentimos bien porque nos incita a hacer ejercicio y a desconectar, y además en él podemos entrenar con máquinas que no tenemos en casa. Por otro lado, a muchos también les da pereza ir, pagarlo y hacer presencia social. Entonces, ¿en qué quedamos?